Enzo y Brice conversan en un café y son escuchados por Murielle, quien ahora está convencida de que Brice habla exactamente como Alain. Al día siguiente, acuden a casa de Brice para exigir explicaciones, pero los recibe Angèle con una noticia sobrecogedora.

Enzo le reclama a su madre por haber guardado en secreto la verdadera identidad de su padre. Ella le pide perdón, pero él no está listo para perdonarla. Mientras tanto, Enzo reconoce a la joven que estuvo con el hombre del tatuaje el día anterior, y decide abordarla.

Enzo cree haber reconocido a su padre en un café, a partir de un tatuaje. Cuando se lo cuenta a su madre, ella le dice que eso es imposible, pues su padre está prófugo de la justicia y no puede regresar a Francia. Enzo, por su parte, no quiere abandonar sus esperanzas.